EL MUNDO DE LAS MARAVILLAS: UN VIAJE POR LA LECTURA
Era claro para Alicia que el país de las maravillas no lo había conocido después de la aparición del conejo blanco, tiempo atrás ella se había encontrado no con uno, sino con miles de países de las maravillas, todos diferentes y con personajes mágicos; ¿cómo conoció la pequeña niña tantas maravillas? Pues fue el primer día en que su padre le comenzó a leer, desde allí Alicia transitó, página tras página, los mundos posibles y las historias variadas de los libros. Esto se volvió pasión para la pequeña, una que despertó su curiosidad, interés, saber y-ante todo- su imaginación.
La lectura no solo nos permite despertar todas las cualidades mencionadas anteriormente, también mejora nuestra comprensión ante el mundo y nosotros mismos, pues a través de la lectura reconocemos gustos, fortalecemos competencias- no solo cognitivas- personales y sociales a través de la variada y amplia información que nos brindan los textos. Por medio de la lectura confrontamos realidades e identificamos elementos de estas, recurriendo a sus personajes, lugares, tiempos, historias e información. La lectura abre nuestra comprensión a nuevas posibilidades.
No sólo para Alicia se hizo necesario aprender a leer y comenzar su viaje por la lectura, para la sociedad actual es importante saber leer y comprender lo leído; nos encontramos en un mundo poblado por palabras orales, escritas, iconográficas y ellas nos advierten elementos fundamentales para nuestra cotidianidad y convivencia, ¿qué sería del mundo sin las señales de tránsito?, ¿qué pasaría si no supiéramos leer, y mucho más si no entendiéramos dichas señales?, claramente el mundo sería un caos. Por ello, la lectura se convirtió en una necesidad moderna pues así nos comunicamos, aprendemos, creamos y construimos identidad, patrones, reglas, historias; y como se hace necesario es, por tanto, indispensable en la vida de cada sujeto.
Por otro lado, la pequeña Alicia no aprendería muchas más cosas sobre el mundo, la ciencia, el arte, la sociedad, la cultura, la historia, etc.; sin la lectura. Es necesario para la adquisición del conocimiento disponer y saber de ella, puesto que ampliamos la información y su comprensión; de por sí ya aprendemos con la experiencia, sin embargo, gracias a la lectura profundizamos esos saberes adquiridos.
Seamos como Alicia, curiosa por la lectura y amante. No nos convirtamos en analfabetas funcionales, es decir, personas incapaces de hacer uso de la capacidad de leer y escribir de forma eficiente en situaciones cotidianas. La lectura, finalmente, es el camino que nos conduce al mundo de las maravillas.